El otro día necesitaba agregar una pequeña funcionalidad para Styde. Como todo buen programador, lo primero que hice fue ir a Google y buscar un plugin o componente ya hecho que me ayudara a resolver el problema tan pronto como fuera posible.
Conseguí un plugin en $5 que tenía todo lo que necesitaba y más. Busqué mi tarjeta para hacer el pago y, lamentablemente, el plugin ya no estaba disponible.
Seguí buscando y conseguí un foro donde otro programador tenía el mismo problema que yo, pero él era bastante claro que quería un plugin que fuera gratis. El post era de hace varios años y alguien le recomendaba el plugin de $5 (cuando estaba disponible). No había otra alternativa gratuita, aún así, el programador rechazó de manera ruda la sugerencia porque no era gratis y él quería un plugin gratis. Punto.
Seguí buscando en Internet y no logré encontrar otra solución ni gratuita ni paga, así que no me quedó de otra que comenzar a desarrollar el código por mi cuenta:
Por supuesto, comenzar a desarrollar una funcionalidad sin ninguna ayuda ni guía toma tiempo. No sólo crearla, sino probarla en los diferentes escenarios (si es JavaScript traduce escenario por navegador y dispositivo), etc. Aún así, imaginemos que me tomase tan sólo 4 horas. Son 4 horas de mi tiempo que podría utilizar grabando un video, caminando por un parque o viendo a Captain America luchar contra Iron-man. 4 horas de mi tiempo que no recuperaré (y mi tiempo vale mucho más que $1.25 por hora; podría trabajar para un cliente y cobrar mucho más que eso).
Por lo anterior, me molesté con el primer programador y comencé a escribir este post (en vez de escribir el plugin).
Aunque podemos pensar que quizás realmente no necesitaba el plugin o no tenía el dinero (yo sé muy bien lo que es no tener ni siquiera $5 para gastar), la actitud que demostró en su respuesta, me hace pensar que lo rechazó porque no valoró el tiempo y el esfuerzo que le tomó a su colega (otra persona como él) desarrollar y publicar dicho plugin.
¿Por qué importa todo esto?
Creo firmemente que valorar el tiempo de otros es muy importante porque nos ayuda a valorar nuestro propio tiempo, o viceversa, valorar nuestro tiempo nos ayuda a valorar el tiempo de otros. Porque yo valoro mi tiempo y sé que una hora de mi vida vale mucho más que $1.25, veo en la opción de comprar el plugin una gran ventaja y no un gasto, y puestos a pensar, $5 es lo que cuesta una cerveza que no ayudará a mis estudiantes ni a mi empresa ni me ayudará a ser mejor persona…
Hace mucho tiempo yo era como el primer programador, gastaba horas y horas buscando recursos gratis por toda Internet, usaba un IDE gratuito, trabajaba además sentado en una silla de plástico con mi computador en una mesa de plástico, mi computador tenía varios años de antigüedad y no tenía laptop (a pesar de que me tocaba viajar a menudo), y me gustaría decirte que no tenía el dinero para cambiar todo esto, pero en algún punto logré tenerlo, de hecho me compré un auto, pero aún seguía sin poder invertir 10 dólares en aquello que me generaba dinero: mi carrera, mi trabajo y finalmente, yo mismo.
Recuerdo también que trabajaba desde casa, a cualquier hora, muchas veces saltaba de la cama al computador sin siquiera desayunar, y un largo etcétera.
Paralelamente a esto y a pesar de mi talento y de mi esfuerzo y de tener una gran cartera de clientes dentro y fuera de Venezuela, tenía constantes problemas con los proyectos y los clientes, por ejemplo, proyectos que no lograba terminar porque el cliente decidió simplemente dejar de pagar, etc. Sumado a esto también tenía problemas personales, dolores de espalda, problemas de salud por no dormir o comer adecuadamente y otro largo etcétera.
Un día, que sentía que mi espalda se iba a partir en dos, dije ¡Ya basta! Dejé de trabajar por unos momentos para buscar y comprar una silla ergonómica en Internet. Compré la que parecía más cómoda, no la más barata, y cuando llegó la silla, me di cuenta que no combinaba en lo absoluto con mi mesa de plástico que tampoco era muy cómoda, para ser honesto. Así que salí a un centro comercial a ver escritorios, y compré un bonito escritorio de madera, pequeño porque no tenía mucho espacio, luego encontré la manera de separar mi cuarto en 2 áreas, una para trabajo y otra para descansar. También decidí no volver a trabajar en ropa de dormir, ni dejar pasar la mañana sin desayunar. Además con el tiempo compré una mejor laptop que luego cambié por mi primera Macbook pro, y junto con los nuevos equipos decidí adquirir el IDE y los mejores productos y servicios para hacer mi trabajo. Después de todo, un equipo de programadores tardó meses y años trabajando para que yo pudiera desarrollar de una manera más eficiente ¿Por qué no pagar por ello?
¿El resultado? ¡Gasté bastante dinero! Lo que significaba que ya no podía cobrar tan barato, que ya no podía trabajar durante meses sin cobrarle al cliente, que así como la silla y el escritorio, necesitaba clientes y proyectos que combinaran más con mi nueva manera de trabajo: más organizada y más profesional.
Lo curioso es que ni siquiera tuve que despedir a toda mi cartera de clientes, en realidad conservé a la mayoría, los que realmente querían trabajar conmigo aceptaron las nuevas condiciones de trabajo, y se mostraban muy contentos con mi nueva forma de organizar los proyectos, porque demostraba que iban a trabajar con alguien más profesional, lo cuál indicaba que a la final obtendrían mejores resultados en sus proyectos, etc.
Los clientes, que por el contrario, ante mi argumento de que mi trabajo requería de equipo y software costoso, me contestaron diciéndome que podía trabajar con programas piratas, que lo que hacía era muy simple, que me podía copiar páginas ya hechas, etc. Los despedí, porque sabía que esos eran los clientes que me iban a tener trabajando en una silla de plástico durante toda mi vida, sin importar si me rompía la espalda, dejaba de dormir o no me alcanzaba el dinero al final del mes.
¿Por qué escribo todo esto?
Creo que para volvernos mejores profesionales (y también mejores personas), además de aprender OOP, BDD, TDD y todas esas siglas, también necesitamos mejorar nuestra actitud: hacia nuestro trabajo, hacia nuestros compañeros, colegas y hacia nosotros mismos. Cada vez que decidimos cobrar muy barato por un proyecto y hacerlo mal, no sólo dañamos nuestra propia reputación sino también la de otros colegas, cada vez que decidimos descargar un libro o programa de forma ilegal, no sólo perjudicamos el trabajo de meses o años de alguien como nosotros, sino que también nos hacemos daño a nosotros mismos, porque al no valorar el trabajo y esfuerzo de otros, terminaremos por no valorar lo que hacemos.
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