A lo largo de este curso hemos estado aprendiendo el uso de Git para poder tener un control sobre las versiones que vamos haciendo de nuestros proyectos (de ahí el nombre controlador de versiones). Mientras estamos trabajando en proyectos de manera individual no deberían presentarnos ningún problema ¿Pero qué sucede cuando trabajamos de manera colaborativa? En esos casos es muy común que nos surjan conflictos al estar trabajando, esto es debido a que Git nos permite crear ramas con mucha facilidad, pero si no tenemos cuidado, esto puede ocasionar que dichas ramas no tengan ningún criterio o flujo de información que las sustente y esto puede resultar en un total caos. Afortunadamente podemos contar con la metodología git-flow que nos permite trabajar con nuestros repositorios de una manera más organizada y limpia dentro de un equipo de trabajo.
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